Hoy quiero profundizar un poco más en el apasionante mundo culinario de Gran Bretaña.
Ya me habéis leido sobre los maravillosos sandwiches a la hora de la comida. Voy a tratar de explicar como eran más o menos. Son de tres tipos de relleno en dos posibles panes. Vamos, el típico pan bimbo blanco y el integral. Los posibles rellenos son: una láminilla ultrafina de jamón york y un queso rallado de color amarillento a raudales. Al cortador del jamón habría que darle un premio, porque el tio es capaz de sacar de una sóla loncha del Mercadona, 19 bocatas, uno para cada uno. Un artista cortando jamón. Nunca pensé que se podía hacer algo tan fino. Y que decir del queso. La cantidad de queso que le echan es realmente absurda. Hay tanto queso que es imposible juntar los dos trozos de pan. Si lo haces, sale despedido queso de los laterales en todas direcciones. Además, como comemos eso en la oficina, la oficina queda hecha una guarrada. Menos mal que al llegar la comida la pone en la mesa más cercana a la puerta. El pobre desgraciado que tiene esa mesa, ha de aguantar el resto del día los miles de trozos de queso que han caido al suelo, a la mesa, a la silla... y los restos del zumo más dulce que he probado en mi vida, que al secarse deja toda la mesa pringosa para la eternidad. Un tipo sin suerte el que se sienta en esa mesa. Ups! que soy yo!
Otra variedad de sandwich es el maravilloso sandwich de atún. Bueno, le llamo atún por llamarlo de algún modo, porque el atún es, no se, intentaré describirlo: una pasta de color marronuzca con cierto olor a pescado podrido y que tiene grumos blancos. Esta pasta es de un centímetro o centímetro y medio. Para darle sabor le adjuntan o bien trozos de maiz dulce o bien rodajas de pepino. Del pepino hablaré a continuación.
Y la última y no menos exquisita variedad es el estupendo sandwich vegetal. La primer y única vez que lo comí, fué por casualidad, por probar nuevos sabores, por ser el más valiente de la clase, y porque era el único puto sandwich que quedaba en la bandeja (desde entonces me aguanto el pis y voy después de comer). Esta exquisitez digna del Bully está hecha con lechuga y una o dos (con suerte) mega rodajas de pepino de un centímetro de expesor y una especie de mayonesa amarilla (mostaza tal vez?) que lo embadurna todo y te chorrea por las manos con solo sujetarlo. Es el sabor más horripilante que he probado en la vida. El sonido que hace el pepino al masticarlo me pone los pelos de punta. Daba un bocado, masticaba una o dos veces para poder obtener un tamaño aceptable para mi garganta y acto seguido me bebía un baso entero de agua para bajarlo sin tener que saborearlo demasiado. No lo tiré directamente porque estaba todo el mundo en medio mirano y me dio corte. Lo mejor de todo es que te deja un olor a mayonesa revenida en las manos que ni tras tres duchas después he sido capaz de eliminar.
Bueno, pues hoy, como por fin soy libre y puedo campar a mis anchas por la central, me he dicho, que coño, voy a comer en la cantina (the canteen) like all the lugareños. Estos tios tienen dentro del doble vallado un restaurante que les cuesta barato comer allí y que pueden elegir entre tres o cuatro platos. Me he liado la manta a la cabeza y he ido. Con dos cojones. Nada más entrar me he dado cuenta de que ya mi vida corría peligro. Olía a esa comida a detergente que ponen en los hospitales, pero elevada a la enésima potencia. El aspecto de la comida no sabría si situarlo entre el rancho carcelario o la bazofia de un vertedero. Había una sopa rojiza a la que le flotaban grumos de algo que no he sabido (ni querido) identificar. Unos palos verdes con motas marrones, que yo creía que era simple hierba campestre y que ellos llamaban judías. Una especie de potaje marrón con algo que tenía el aspecto de judías blancas, pero minúsculas. Una sopa sobre la cual no me he atrevido a investigar más. Una amalgama requemada de algo que, al buscar en el diccionario, parece ser que eran berejenas rellenas. Supongo que rellenas de berejenas, porque parecía como si se les hubiera caído todo al suelo y lo hubiesen recogido con las dos manos y puesto otra vez en el plato como si un obrero pusiera cemento en una pared: zas. Y por último, y mi plato elegido, una escalopa con tomate y arroz. He pensado que es imposible hacer mal arroz y un trozo de carne rebozada con tomate. Craso error. Es la cosa más asquerosa que he probado. Muchísimo peor que el pepino del sandwich vegetal. Joer, que asquerosidad. Me dan arcadas ahora mismo mientras lo escribo. El rebozado, por llamarlo de alguna manera, era una gelatina con trozos requemados de, supongo que, mantequilla, más grueso que la carne. He tratado de despegar toda esa coraza gelatinosa del trozo de carne pero no se si ha sido peor, porque la carne tenía aspecto como de ser del ancestro originario de la vaca. Tenía más nudos que las trenzas de Khal Drogo (toma frikada). Pero lo verdaderamente malo de verdad era el arroz. Kiaks. Todo pasado, como de haberlo dejado en remojo caliente diez o quince minutos más de haberse hecho y dulce como si le hubieran hechado el pote entero de azúcar. Calorífico for the workers, of course.
Al acabar de comer he añorado los maravillosos sandwiches de jamón y queso y sucedaneo de atún. Toda una experiencia la cantina esta.
Y bueno, por lo demás ya he empezado a trabajar en mi área, Formación. La verdad es que tengo poco que ver porque Formación hay más bien poca. Con lo que aprovecho para reunirme con los responsables de la formación y les pregunto sobre como hacen las cosas y les pido comprobaciones. Como he recibido ya tantas inspecciones, ya hasta me gusta el papel de poli malo y les pido cosas en plan cabrón que se que no van a tener. Y lo se porque en Ascó no las tenemos, claro. Estos iban de chulitos con que todo lo tenían perfecto porque están a las puertas de una cualificación y ya les he pillado en dos renuncios. Y eso sólo el primer día. Les hubiera valido mejor ponerme simulador y tenerme tranquilito mirando al turno de operación que dejarme preguntarles por la cualificación de los contratistas. Pobrecitos. Solo con acordarme de la cara que han puesto cuando les he preguntado de quién es la responsabilidad de comprobar que los contratistas tienen la cualificación requerida para el puesto que me da hasta pena y todo.
Y el inglés? Bien gracias. Sigo sin enterarme de nada, pero por lo menos cuando tengo que hablar hablo de lo mio, y la jerga me es muy familiar. Y para las cenas, hacemos la latin connection y me voy con los dos italianos a cenar. Hemos descubierto un restaurante italiano (ellos dicen que genuino) donde se come muy bien. Buena pasta, buen pescado y buena carne. Que más se puede pedir?
Bueno, voy a ver si puedo dormir algo hoy.
Quedan 15 días.
jueves, 4 de marzo de 2010
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Este ya empieza a ser el rafa de toda la vida que se queja por todo... ;oP
ResponderEliminarTú dales por culo y exígele los papeles a tós. Trata de canalizar la mala leche de los bocatas en ellos.
PD: y no podrías llevarte unas pizzas del italiano ese en un tupper y comértelas en la central??? Lo digo en serio!!!
Hoy nos vamos a la casa rural... pensaremos en tí!!
BONES I JA CAP DE SETMANAAAA !!!
ResponderEliminarRAFA QUE AIXÒ PASSA VOLANT, AVUI JA ES DIVENDRES ... PER CERT AVUI HEM ESMORZAT UNS BOCATETES DE TRUITA (DE L'STOP) QUE HUMMMM BONISSSIMMM !! JA ET VAN DIR QUE T'HAVIES D'EMPORTAR PERNILET DEL BÓ.
JA TENS PASSADA UNA SETMANETA , I EL CAP DE SETMANA JA ESTÀ AQUI QUE SUPOSO EL TINDRÀS LLIURE. APROFITA PER ANAR A VISITAR ALGUN LLOC.
JA VEURÀS COM LA SETMANA QUE VÉ SERÀ MILLOR I JA ELS ENTENDRÀS A TOTS ...
UNA ABRAÇADA DE PART DE TOTS !!
NÚRIA
Buenas Rafa!!
ResponderEliminarÁnimo que sin darte cuenta ya has pasado una semana... Desde Vandellós también seguimos tus aventuras inglesas.
Un abrazo.
Sandra
Come on, Rafa! I know you are having fun and plus you're learning English for free! A Catalan's dream! Anyway, gotta go for lunch in an hour (CAN BOSCH for a sandwich today) so I'd better go. Take care man.
ResponderEliminarcoño, pues a mí se me ha hecho la boca agua...
ResponderEliminary por pedir más en el italiano, yo pediría buen vino! y algún helado!!!
(he dicho buen vino, no lambrusco, que seguro que es lo que te dan en la canteen)
juas, qué asco de sandwiches, tío!
ResponderEliminaropino como el Javi, en el restaurante italiano pide comida take away y te la llevas en el tupper ware pá comer en la central.
me ha encantado la descripción del escalope. arroz con azúcar, acuérdate en Polonia.
y ahí, fastidiando a los ingleses, dí que sí. por listos!
Animo Rafa, que 15 dias pasan volando!
ResponderEliminarContinua con la latin connection, intenta no intoxicarte y en cuatro dias te tenemos zampando mariscadas por aqui!
Un abrazo,
Domingo
Gracias por los comentarios, compañeros. Se agradecen un montón. Ya ha pasado una semanita y ya va quedando menos!
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